martes, 11 de mayo de 2010

Una joven morena caminaba por la plaza comercial. Sola, su novio había decido quedarse en el casino y dejar que ella vagara por ahí. Vaya que el chico estaba viciado con las apuestas, mira que dejar que su novia ande por ahí, en un lugar donde puede encontrarse con cualquier persona, como un ex novio o chico que le guste.

Entró y salió de cada una de las tiendas que esa plaza tenia. “Quiero un móvil nuevo” pensó la chica y por un momento olvidó el coraje y sonrió. Se dirigió a Sambors, una tienda departamental muy buena. Era de sus favoritas porque siempre encontraba buenos libros.

Se detuvo en cada una de las mesas con libros y dedicó el tiempo necesario para leer los títulos y las reseñas de cada uno de ellos, o al menos los que llamaron su atención. Se siguió hasta los pequeños estantes, empezaba aburrirse.

Cuando de pronto, sin que su mente, cuerpo y corazón estuvieran atentos y preparados, vio lo que nunca esperaba ver ahí. Al chico que siempre le había gustado ese del rostro dulce, de la mirada tierna y de cabello perfecto. Estaba ahí a escasos metros de ella.

Pero la muy tonta no pudo hacer nada más que: quedarse fría y agachar la mirada.

¿Pero qué haces idiota? – Gritó su corazón- Esta era oportunidad perfecta para que sepa que existes… y la dejaste ir- Agregó enojado. – Estuvo a casi nada de sostener la mirada, quizás te hubiera sonreído. – El vital órgano, guardo silencio, mientras la joven buscaba el lugar perfecto para mirar al chico. Desde lejos.

El chico se fue con su novia. Pero eso no importaba, no importaba nada más que el saber que estuvo a punto de… la morena sonrío feliz, de saber que quizás y solo quizás él, habría dudado en si la conocía o no.

Compró la primer revista que encontró, y salió del lugar con una gran sonrisa. El vagar sola como perrito sin dueño había tenido algo bueno, algo tonto sí. Pero que a ella le parecía de lo más emociónate. Digno de recordarse.

Regreso al casino con una gran sonrisa.

-¿Viste algo que te gustará?- Le preguntó su novio.

-Algo que me fascino- respondió ella con una amplia sonrisa.

-¿Por qué no lo compraste?, ¿no llevaste dinero?¿es muy caro?- Preguntó el joven.

- Digamos que lo que me gusto no tiene precio… pero no te preocupes con verlo estuvo bien- Sonrió nuevamente y espero paciente a que le dieran su cartón para el juego.



No hay comentarios:

Publicar un comentario